¿Por qué queremos trabajar para una determinada empresa?
Hemos de demostrar nuestro interés real por la compañía y justificar que puede aportar nuestra candidatura al proyecto (y/o futuros proyectos) que se demande. Para ello, deberemos informarnos previamente el historial corporativo y proyectos de la compañía respectiva.
¿Por qué queremos cambiar o dejar el puesto actual?
Cuando se trate de dejar o cambiar de puesto de trabajo, deberemos centrarnos en el objetivo o proyectos que queremos lograr en común con el nuevo puesto de la compañía a la que pretendemos aspirar.
¿Cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles?
Es una oportunidad para mencionar las habilidades que no hayamos incluido en nuestro currículum, con precaución de no ser excesivamente egocéntricos ni parecer falsamente humildes. Haber realizado un análisis DAFO, previamente, nos ayudará a ser más conscientes de nuestrs fortalezas y objetivos.
¿Cuánto esperamos cobrar?
Probablemente, esta sea la pregunta más delicada y seguramente con trampa. Es importante no darle demasiada importancia a la parte económica, más allá de retribuir la experiencia y conocimientos que podemos aportar a la compañía, adaptándonos sin negociaciones dentro del rango salarial que ofrecen las compañías.
6- ¿Cuál es el trabajo de nuestros sueños?
Durante un proceso de selección, es frecuente realizar preguntas psicotécnicas, para poner a prueba el estado psicosomático y las aspiraciones del candidato, confirmando que el puesto ofrecido es el ideal para él. Especificaremos cómo sería el trabajo de nuestros sueños y qué es lo que aportaríamos, demostrando así nuestro potencial de crecimiento en la empresa.
¿Dónde nos vemos de aquí a ‘x’ años?
Lo que la compañía busca comprobar es nuestro interés a medio o largo plazo para saber si tenemos proyectos, así como en camino, que puedan interferir con nuestra permanencia en la compañía. Si no entra en nuestros planes permanecer más de cinco años en ella, es mejor que nos delimitemos a mencionar las responsabilidades que nos interesen.
¿Viajar por trabajo?
Esta pregunta denota interés en la predisposición y flexibilidad del candidato. Si no fuera nuestro caso, contestemos con la máxima sinceridad posible, pues una respuesta precipitada puede llevarnos a situaciones comprometidas que, además, podrían afectar a nuestra vida personal.
¿Por qué deberían contratarnos?
Es el momento de vendernos como mejor sepamos, pero con los pies en el suelo. Destacaremos nuestras habilidades, haciendo hincapié porque encajarían con la compañía y el (los) proyecto(s) que aspiremos.
¿Cuál es la situación laboral más difícil que hemos vivido?
Sin entrar en detalles y mucho menos en dramas, resumiremos la situación lo más objetiva posible, sacando el lado bueno, destacando que somos capaces de aportar soluciones y con capacidad resolutiva bajo presión.
¿Cómo nos describiríamos?
La clave para responder a esta pregunta está en describirse no solo a nivel personal, sino también profesional. Sin enrollarse demasiado ni ser explícitamente escueto. Explicando de principio a fin el camino que ha marcado nuestra experiencia profesional: qué nos motivó a introducirnos en el sector, cómo lo hicimos y qué nos lleva a estar haciendo la entrevista.
¿Tenemos alguna pregunta?
Por último, y no menos importante, la pregunta que nos dará la oportunidad de mostrar nuestro máximo interés y rematar nuestra presentación.