Los álias virtuales están cada vez más sobrevalorados, forman parte quizá, del lado oscuro y del pasado, de una parte del ‘Social Media’ que no ha sabido o no ha tenido las herramientas adecuadas para evolucionar la marca personal de la manera más transparentemente posible a sus intereses.
En los inicios del s. XXI cuando eran tendencia los chats IRC, Foros y el Messenger, se extendió la costumbre de usar nombres de guerra para mantener la discreción y proteger el derecho a la intimidad. Pero como siempre hay gente que se sale de la norma, para bien y para mal, en el caso de los que hacían mal uso de dicha costumbre para ‘trolear’ a otros usuarios por algún tipo de discrepancias, envidias, o simplemente por diversión. Así fue como dio origen a los ‘Trolls’.
Lo cierto, es que a pesar de las cosas positivas que puede aportar el anonimato para actuar en la sobra por una buena causa siempre que sea objetiva, no debería dar lugar a hacerlo por ocultar cualquier tipo de interés real. Y es que, en la ultima década parece que las nuevas generaciones intenten rescatar viejas costumbres virtuales matizando el reconocimiento de dicho anonimato creando una gran incoherencia de identidades o doble vida.
Tener un álias no es malo, al contrario, toda la vida se han usado apódos desde el colegio hasta la edad adulta, incluso en los pueblos para individuos o familias enteras, porque suele ser el resultado del reflejo de las actuaciones de un individuo dentro de un colectivo que se ha merecido la confianza mutua. Pero el uso de máscaras o sobrenombres con el objetivo de cubrir la identidad real del mensajero antes que el mensaje no conlleva nada bueno.
Por ello, la evolución del Social Media a lo largo de los años marca la diferencia de los individuos que saben emprender y transmitir el desarrollo de una marca para que otros sigan las pautas o les sirva de orientación sin necesidad de ocultar su verdadera identidad pudiendo defender los valores de su marca personal reconocida con un álias.
serviKX 4.0 © 