Recalculando la logística

El mundo de la logística es toda una aventura, es la parte lógica de las gestiones burocráticas. Al margen de las gestiones telemáticas, aunque todo parezca sincronizado siempre hay algo que pueda salir del revés, porque hay que saber anticiparse a las posibles adversidades de la ruta.

Por causa mayor de inclemencias meteorológicas, del tráfico, accidentes, prioridades del servicio, exigencias de los clientes, etc. Nada puede estar al gusto de todos pero, precisamente por eso, todos deberíamos mostrar un poco más de empatía.

Pocas veces, por no decir nunca, he tenido complicaciones logísticas, quizás por partir de la base de ser flexible y poco exigente, sabiendo coordinar las gestiones y las esperas para no complicar algunas improvisaciones evidentes de las rutas logísticas. Pero, de un tiempo a una parte, están surgiendo más complicaciones de lo corriente, seguramente, debido a tratar de satisfacer las exigencias de los clientes más intransigentes.

Ambas perspectivas tienen su parte de responsabilidad. Por un lado no se puede mantener un alto nivel de estándares todo el tiempo y, por otro lado, no se debería pedir un alto nivel de exigencia, porque corre el riesgo de acabar desestabilizando los objetivos y creando circunstancias secundarias que acarrean en el nivel de compromiso y confianza.

Los tiempos logísticos es uno de los inputs más frecuentes en una sociedad cada vez con más ambiciones productivas y algunas exigencias psicopáticas desestabilizan las gestiones y el servicio. Hay que tener la empatía para entender que detrás del servicio y las telecomunicaciones, existe una vida lógica detrás de la matriz, unos tiempos más lentos que los sistemas.

Los sistemas sirven para sincronizar todos los metadatos, conectando personas y rutas que se mueven, lógicamente, a un tiempo menor, dependiendo de la zona geográfica y de las previsiones de stock de material en cada zona.

Aunque el motivo de mi reflexión es la posible tendencia psicopática de usar el recurso logístico para manipular a a las masas, lo más lamentable es que las masas permitan ser manipulables por no gestionar adecuadamente las emociones.

Al igual que ocurre en otros sectores con sus respectivos quehaceres, haciendo a los consumidores más dependientes de lo habitual para generar productividad en bucle. Como si de una carbonera se tratará para alimentar las calderas.

No cambies la ruta, recalcula la gestión.

#ReflexionesTécnicas