Toda infraestructura requiere un mantenimiento, ya sea por avería o preventivamente, para evitar o minimizar lo primero.
Cualquier usuario total o parcial de un servicio debe saberlo y cualquier empresa informarlo, cuanto menos en la letra pequeña del contrato. La misma que pocos o casi nadie lee.
Como toda energía y materia que suele degradarse con el paso del tiempo y requiere una reparación de la misma.
Los tiempos pueden durar dependiendo del tiempo de avería, la cobertura, los materiales y los tiempos de gestión para coordinar desplazamientos y materiales necesarios en cada caso.
Para evitar saturaciones innecesarias, antes de tomar medidas, hay que analizar la situación de afección.
El análisis suele ir a cargo de los equipos de asesoramiento indexados en los despachos, mientras que la llamada a la acción se encarga de realizarlo los técnicos de campos. Es por eso que debe existir comunicación fluida entre ambos, para llevarlo a cabo con éxito.
Será preciso planificar una cita con previo aviso para coordinar los equipos de trabajo y los lugares donde se vaya a desempeñar las funciones de mantenimiento. Que podrán ser, al menos, dos dependencias;
En taller propio, contando con la logística necesaria para recoger y/o entregar el producto a mantener, preparar las condiciones y el material necesario para llevarlo a cabo.
Dependencias ‘In-Situ’, habrá que tener en cuenta si es un lugar público o reservado, para solicitar previo aviso y señalización del lugar, antes, durante y estimación de la duración de las tareas de mantenimiento.
Como en cualquier practica, se debe mantener una organización y limpieza impecables, dejándo el lugar y, por supuesto, el producto mejor de como nos lo habíamos encontrado y mejorando las expectativas, mejorando lo presente.