La evolución tecnológica del marketing digital parece que está llegando a unos límites insostenibles con el objetivo de obtener el máximo de visualizaciones y reconocimientos sociales para vender a toda costa. ¿A qué precio?
El precio del abuso de la información a toda coste está generando, en el menor de los casos, ir con el piloto automático sin saborear el resultado de las acciones. Creando, en el mayor de los casos, una competitividad cada vez más agresiva a través de la frustración por no cumplir unos objetivos, cada vez más estratosféricos, y que acaba desembocando en odio y resquemor.
Lo peor de todo es usar las temáticas de todo tipo, especiamente las más vulnerables como el sexo o la ideología, para tocar la fibra sensible, de personas a personas, porque detrás de los medios no solo hay lectores y redactoras, si no que también hay sentimientos que velan por sus intereses y sus hipotecas, con sus buenas o dudosas acciones que más que de la profesionalidad en sí, depende todo de las intenciones que haya desarrollado cada individuo en sí.
Quiero pensar que el mayor ruido no es más que una ligera minoría que lucha por abrirse hueco en los mercados, y que la mayoría silenciosa sigue con sus quehaceres cotidianos actualizándose en la medida de lo posible con lo poco que necesita para sobrevivir.
No juzgues un contenido por su cubierta. #ReflexionesTécnicas
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En la actualidad parece que esa minoría ruidosa le da más importancia a un buen titular satírico que al contenido enriquecido en sí. Contenidos más bien cocidos de inteligencia artificial sacados en dos minutos del microondas, como si fueran copywritting directamente de la Encarta en los años 90 para un trabajo del colegio la última noche. Cuidado, no tengo nada en contra del copywritting ni contra la inteligencia artificial, pero un gran contenido conlleva un gran trabajo.
Una gran tecnología conlleva una gran responsabilidad. #ReflexionesTécnicas
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Un titular se supone que solo debe ser la guarnición superficial para atraer espontáneamente a la audiencia sin ánimo de controversia, creando interés por sumergirse en un artículo que informe, documente, entretenga y/o evada de la realidad creando conciencia y debate, nunca doctrina ni discusión. Usando la inspiración humildemente que inspire a su vez, con tacto pero con disciplina. Y la inteligencia artificial es una gran ayuda, como muletilla, para mejorar la productividad y los tiempos cuando este escasea, pero sin abusar.
Esa es, creo yo, la diferencia de la auténtica inteligencia emocional de enriquecer o cocinar un buen artículo para cualquier medio de comunicación.