Uno de los mayores hándicaps que existen a causa de la infravaloración de las telecomunicaciones, es la sobrevaloración comercial de ciertos productos sin tener en cuenta ciertas especificaciones técnicas. En ocasiones por desconocimiento y, en otras, por ocultación o maquillaje de la información para acelerar la consecución de un objetivo con ánimo de lucro. En los casos de falsedad, estaríamos hablando de casos más graves tipificados como estafas legales, sin llegar a ser delito por lo obvio de la legalidad, pero sí que injustas moralmente. En cualquier caso, disfrazados con la máscara del marketing que juega con las palabras contando la verdad a medias.
Hay dos tipos de infraestructuras; Par de cobre y Fibra Óptica, centrándonos especialmente en la infravaloración del Par de Cobre. Las infraestructuras de red se dividen en dos tipos de zonas; interior y exterior. Las infraestructuras de red interior se limitan a los dominios del usuario (domicilio, local, parcela, etc.) desde el cajetín de entrada del servicio hasta los dispositivos que se conectan mediante la transmisión de red correspondiente, inalámbrica y/o cableado físico. Y red de exterior abarcaría el cableado que acomete desde la salida del cajetín de entrada, hacia el exterior, siguiendo todo el recorrido, aéreo o soterrado, hasta los diferentes repartidores callejeros y llegar, finalmente, a la central de comunicaciones de cada distrito municipal respectivo. En cada central pueden haber diversos servidores o enlaces DSLAM que corresponden a los respectivos ISP que tienen presencia para ofrecer sus servicios en la zona.
Cuando un proveedor u operadora de telecomunicaciones (ISP) suministra el servicio de telefonía y ancho de banda por el cable terrestre de RDSI o xDSL, hay que tener diversos factores en cuenta; como la longitud total del recorrido (atenuación), el tipo de señal emitida por el respectivo DSLAM (ruído), si es propio o compartido. Cuanto mayor incremento de potencia y distancia del bucle, más aumenta la atenuación y disminuye la velocidad en la posición final donde se conectan los equipos, con tramos exteriores divididos entre los repartidos respectivos, el tipo de repartidor, la tecnología y generación de las tarjetas de comunicaciones que trabaje con las diferentes tecnologías de ancho de banda (RDSI, xDSL). Según la zona geográfica y la responsabilidad del tramo que corresponda, el mantenimiento respectivo suele estar más o menos castigado por los tiempos de plazo. Normalmente las zonas rurales están más castigadas por distancia, con la ventaja de tener menor saturación de tráfico debido a la despoblación y, en el caso de las regiones más industrializadas o civilizadas, al revés, cuentan con mayor ancho de banda pero con el riesgo de saturaciones puntuales por la superpoblación.
Es por ello que, con la infraestructura de Fibra Óptica (FTTH) el proceso es similar con otro tipo de arquitectura e instalación y un solo canal para datos (VOIp), basados en transmisión por luz o láser por los filamentos de fibra de vidrio recubiertos de la manguera de plástico, por lo que el margen de atenuación/ruido es menor y se garantiza una mayor descarga de datos.
A partir de cuando el servicio está en funcionamiento, llega la parte de venderlo comercialmente y donde empiezan los problemas por desconocimiento, ocultación o falseo de la información consciente o inconscientemente, según el criterio de cada agente o política de procedimiento de cada ISP respectivo. En cualquier caso, de la manera de comunicar la información dependerá la satisfacción del usuario final, en función del conocimiento que también disponga el usuario de por sí.
Es importante tener en cuenta que más vale calidad en mano, que ciento de velocidad volando. Así como tener un perfil administrativo acorde con las condiciones del bucle de abonado exterior para que no se desestabilice la misma.