Por varios motivos posibles, todo usuario de la informática alguna vez se le ha presentado la incertidumbre de tener un documento Word con códigos indescriptibles sin saber cómo recuperar.

Los archivos corruptos pueden tener varias causas: cortes de luz, fallos en el disco duro, bloqueos, cambios de versión de MS Office  con las ejecutamos dicho documento, cambios en la tipología de la fuente usada, etc. Pero el resultado es el mismo: un archivo ‘*.doc’ que da error al intentar abrirlo con Microsoft Word.

Sin ánimo de desanimar, en la mayoría de los casos es muy difícil llegar a recuperar estos archivos, pero antes de arrojar la toalla tenemos varias soluciones posibles a descartar.

La primera de todas, es fijarnos que la extensión del archivo sea la correcta. La extensión del archivo son esas tres letritas detrás de un punto que se sitúan detrás del nombre del fichero. En algunos documentos corruptos aparece dicha extensión duplicada, si es así, deberemos editar el nombre del archivo y eliminar la extensión duplicada.

Por defecto, la extensión está oculta por seguridad de las políticas de Windows, puede activarse o desactivarse dentro de  ‘HerramientasOpciones de Carpeta’ dentro de cualquier ventana de Windows, y en la ventana que se abrirá a continuación tendremos que tener desmarcada la opción de ‘Ocultar extensiones de archivos conocidos’ en la pestaña ‘Ver’.

 La segunda opción de recuperación, es la función de reparar archivos‘*.doc’ del propio MS Word, aunque no siempre funciona no perdemos nada por intentarlo.

Para reparar nuestro archivo, hay que utilizar el cuadro de diálogo Abrir, como si fueramos a abrir un documento normalmente. Localizamos el archivo en el disco duro, pero en vez de pulsar el botón Abrir, pulsamos la pequeña flecha que hay a su derecha. Abrirá un menú en el que podemos seleccionar varias opciones, entre ellas Abrir y Reparar.

Si el texto aparece mutilado o en forma de interrogantes, puede que Microsoft Word no haya detectado correctamente el estándar de codificación del texto del archivo. En consecuencia, es posible que Word haya utilizado un estándar de codificación incorrecto.

Para que Word utilice el estándar de codificación seleccionaremos dentro del menú ‘Herramientas’, elegimos ‘Opciones’, y a continuación hacemos click en la pestaña ‘general‘.

Activamos la casilla de verificación ‘Confirmar conversiones al abrir’, cerramos el documento y volvemos a ejecutarlo. Deberá aparecernos, entonces, automáticamente un cuadro de ‘Convertir archivo’ donde seleccionaremos la opción que más nos corresponda. Por defecto Windows suele utilizar la opción de código Unicode, también podemos probar la opción UTF-8 dependiendo de cada documento.

Observaremos en la parte inferior que se puede obtener una vista previa del texto en el área ‘Vista previa’ para comprobar si tiene sentido el estándar de codificación que hemos seleccionado.

Si casi todo el texto tiene el mismo aspecto (por ejemplo, si sólo aparecen cuadros o puntos), puede que la fuente necesaria no esté instalada. Podemos instalar fuentes adicionales ejecutando de nuevo el programa de instalación de Microsoft Office. En la pantalla ‘Personalización avanzada’ del programa de instalación, expandiremos las  ‘Funciones compartidas de Office’  y, a continuación, ‘Soporte internacional’.

Seleccionaremos la fuente que necesitamos, y hacemos click en la flecha que aparece junto a la selección y finalmente hacemos click en ‘Ejecutar desde mi PC’.

Si ninguna de estas opciones ha funcionado, siempre queda el remedio de convertir el documento con una aplicación externa como Repair My Word, únicamente lo descargaremos de la página oficial del sitio directamente y se ejecutará la aplicación directamente, seleccionaremos abrir la ruta donde se encuentra el documento corrupto y la propia aplicación se encargará de convertirla si es posible recuperarlo.

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