Uno de los aspectos que nos trae el marketing digital es la compra de ‘likes’, ‘Me Gusta’, ‘Seguidores’, ‘Fans’, que cuestionablemente nos ayudan a promocionarnos.

Bajo mi punto de vista moral lo veo poco ético el hecho de «comprar» fans. Estamos hablando de personas, podemos comprar sus intereses pero no sus sentimientos. Pero como estamos en la época del marketig digital, todo es posible pero no a cualquier precio. La clave está en mirar con ojos de consumidor para buscar clientes potenciales, pero no a cualquier precio.

Bajo mi punto de vista  profesional no me gusta utilizar este método de promoción porque, aparte de considerarlo superfluo, lo considero denigrante tanto para el sentimiento del consumidor como para la imagen de las marcas. Siempre he preferido ganarme la confianza de la gente siendo honesto y humano. ¿Cómo?  involucrandome, en la medida de lo posible, para asesorar en las necesidades técnicas del usuario.

La única explicación razonable para hacer uso de la compra de ‘likes’ y ‘seguidores’ en redes sociales, sería como una ayuda para dar a conocer una marca.  A partir del momento en que ganamos seguidores y del método usado, forma parte de nuestra voluntad y constancia en seguir publicando periodicamente e interactuando para que mantengan el interés en nuestro tipo de contenido constante que han confiado suscribiendose a nuestras publicaciones.