Terminos y condiciones de WhatsApp.

Lo prometido es deuda, hace algunos días prometí y cumplo con resolver algunas dudas sobre la privacidad de las mensajerías más relevantes del momento; WhatsApp y Telegram.

¿Y es que realmente nos interesa la privacidad personal, o nos da un poco igual porque nos aburre leernos un parrafón de términos y condiciones que seguramente terminaremos aceptando o igual, o de lo contrario limitaríamos el acceso a las aplicaciones en su justa medida para el uso que realmente le vamos a dar?

¿Para qué podrán usar tus contenidos? 

Al enviar “actualizaciones de estado” mediante WhatsApp, les concedes una licencia no exclusiva, gratuita, sublicenciable y transferible para usarlas, reproducirlas, distribuirlas, crear obras derivadas a partir de ellas, exhibirlas o comunicarlas. Pero, ¿qué entiende la empresa por “actualizaciones de estado”? Pues tu estado, tu foto de perfil, la información sobre tu última hora de conexión y “otras comunicaciones que envíes”. ¿Otras? ¿Cuáles?

La regla general es que todas las actualizaciones de estado son visibles por cualquier usuario de WhatsApp que tenga tu número de telefóno y no haya sido bloqueado. ¿Quiere decir eso que mis mensajes también están ahí para que todo el mundo los lea? No, porque justo ahí establecen una excepción. Esos mensajes, así como tu localización cuando la compartes y todos los archivos que envías a un amigo o a un grupo (esos GIFs de gatitos que tanto te gustan) solo pueden verlos los elegidos, sus legítimos receptores.

¿Te ha quedado más o menos claro? ¿No del todo? Resumiendo: cualquier usuario de WhatsApp que tenga tu teléfono (y no haya sido bloqueado) puede ver tu estado (el típico “Hey there! I am using WhatsApp”), tu foto de perfil, la última vez a la que te conectaste o si estás en línea y, lógicamente, tu número de móvil. En cambio, los mensajes de texto, las localizaciones, los audios y los archivos enviados a una persona o a un grupo solo los ven esa persona o los miembros de ese grupo.

Pero volvamos al tema de las licencias. Como hemos dicho, concedes una a WhatsApp sobre tus actualizaciones de estado, en general, pero además concedes otra a cada uno de los usuarios que te tengan agregado. Se trata de una licencia no exclusiva para acceder a tus actualizaciones de estado, que termina en el mismo momento en que las elimines. Vamos, que les das permiso para leerlas, obviamente.

¿Qué datos personales cedes?

En primer lugar, WhatsApp tiene los datos que tú mismo le has entregado, fundamentalmente tu número de móvil y tu agenda de contactos, que revisará periódicamente en busca de usuarios que ya estén en la plataforma, y teléfonos de los que aún no estén por si los quieres invitar. Eso sí, aseguran explícitamente que no recopilarán nombres, direcciones o correos electrónicos, única y exclusivamente números. Hasta ahí bien.

Además, según se indica en sus documentos legales, la empresa podría recabar en ciertos casos los datos de tu tarjeta de crédito u otra información de pago. ¿Qué sentido tiene esto si las App la pagas a través de Google Play o la App Store? Es el único punto que no queda muy claro, por ese motivo siempre he sido bastante reacio a facilitar según qué datos en pagos por Internet, y por ello os recomiendo siempre precaución a la hora de hacer algún pago con vuestra tarjeta o datos bancarios, aseguraos bien que no quedan guardados de manera permanente en los registros de esta y de ninguna App para evitar poder ser usados sin vuestro consentimiento.

Por otra parte, y esto es importante, WhatsApp asegura que no copia, almacena o archiva el contenido de los mensajes que envías. Es un simple intermediario. Lo que escribes pasa por sus servidores solo de forma provisional y en cuanto llega al receptor se borra. Con una excepción: si el usuario al que estás escribiendo no está conectado, los mensajes se mantendrán en el servidor un máximo de 30 días a la espera de ser entregados. Pasado ese plazo, se borrarán.

Por cierto, que sepáis que esos datos personales se almacenan y procesan en Estados Unidos, con independencia de dónde residas. Ello explicaría los rumores sobre el polémico caso del espionaje estadounidense en conversaciones privadas, aunque no nos lo parezca y pueda ocasionar impotencia, es bastante lógico teniendo en cuenta que WhastApp es americano y que todo gobierno aproveche el poder para anticiparse a posibles ataques organizados vía mensajerías. Mientras sea así y no lo utilicen de manera fraudulenta bajo ‘el brazo de la ley”… ¿qué nos importa? Total, vamos a seguir usándolo igual, de alguna manera hay que comunicarse, y además, en teoría, estamos protegidos por la ley de protección de datos de la Unión Europea.

¿Qué pueden hacer con esos datos?

Antes que nada, una característica que distingue a WhatsApp de muchos de sus competidores es que renuncia de forma explícita a la publicidad. Eso quiere decir que, al menos de momento, tus datos no serán utilizados, como en otros servicios, para personalizar anuncios o recomendar marcas a tus contactos. En sus documentos legales lo reiteran: “Actualmente WhatsApp no tiene anuncios y esperamos que siga siendo así para siempre. No tenemos intención de introducir publicidad en el producto”. ¿Nunca? ¿De verdad? Como todas las cosas siempre hay un pero.. “Pero si alguna vez lo hiciéramos, actualizaríamos esta sección”. Así que, de momento, no hay razón para preocuparse, pero no debemos bajar la guardia porque ya sabemos lo que conlleva la era del marketing y la publicidad, sobretodo desde la compra por parte de Facebook, el monopolio de las redes y del marketing de Internet. Así que, en cierto modo ese ‘pero’ era de esperar, pero como ya he dicho de momento que no cunda el pánico, podemos conectarnos tranquilos.

Volviendo al tema, ¿para qué utilizan tus datos? principalmente, para que puedas usar el servicio y para mejorarlo, aunque también se reservan el derecho a utilizar tu número de teléfono para informarte de cambios sustanciales. Por lo demás, WhatsApp no revela tus datos a terceros sin tu consentimiento excepto por motivos de seguridad, para mantener o mejorar el servicio, por causas legales, por un requerimiento judicial o gubernamental, para defender los intereses de la empresa o como resultado de la compra o fusión de la compañía. Volvemos a acordarnos de Facebook en este punto y no podemos evitar no quitarnos de la mente si en un futuro se integrará algún servicio social de Facebook, o de carácter comercial, con WhatsApp.

¿Puedes darte de baja? ¿Cómo?

Los términos y condiciones de WhatsApp no aclaran casi nada sobre esta cuestión, pero si echamos manos de su sección de Preguntas Frecuentes entendemos alguna cosa más. Básicamente hay dos opciones: desactivar tu cuenta o eliminarla. La primera es la mejor solución si pierdes o te roban el teléfono, porque dispondrás de 30 días para recuperarla en otro dispositivo y recibirás de golpe todos los mensajes que te hayan enviado durante ese tiempo. La segunda opción, el borrado, es irreversible y hace que finalice la licencia sobre tus contenidos que concediste a WhatsApp.

¿Cuánto tiempo retendrán tus datos si decides marcharte?

No está del todo claro. Sabemos que los mensajes que enviamos directamente a nuestros contactos solo pasan por los servidores de WhatsApp de forma provisional y, en el peor de los casos, si no pueden ser entregados, se almacenan durante un máximo de 30 días. Sabemos que podrían pedirnos el número de nuestra tarjeta de crédito, pero también lo borrarían en un máximo de 30 días tras eliminar la cuenta. Esto está claro, pero ¿qué sucede con el número de móvil, la agenda de contactos y lo que WhatsApp denomina actualizaciones de estado?

Eso no lo tengo claro aún, y no es porque no haya indagado lo suficiente. Al parecer a principios de año, las autoridades de protección de datos de Holanda y Canadá abrieron una investigación para determinar si el servicio de mensajería incumple las leyes sobre privacidad de estos países, entre otras cosas por no dejar del todo claro qué información personal retiene y por cuánto tiempo. Si alguien le consta un poco más de información al respecto, puede dejar un comentario para ayudar a aclarar este punto. Gracias de antemano.

¿Cuál es la edad mínima para darse de alta? 

16 años. Por debajo de esa edad solo se puede utilizar con autorización paterna o si eres un menor emancipado. Además, si WhatsApp descubre que algún usuario no cumple con ese requisito, eliminará su cuenta.

¿Cómo de extensas son las políticas? ¿Están en español? 

WhatsApp presenta sus Condiciones del Servicio y Política de Privacidad como un solo texto de 6.405 palabras. No es que sea excesivamente largas, pero si puede dar la sensación de estar leyéndose ‘El Quijote” de las políticas de privacidad.

La mala noticia para los españoles, es que no están en español y, al menos a corto plazo, no se espera que lo esté. Siempre quedará la opción de traducir el documento con Google Translate o similares.

¿Pueden cambiar los términos? ¿Con qué condiciones?

Sí, en cualquier momento, y es responsabilidad de cada uno estar al tanto de las modificaciones. Si no estás de acuerdo con ellas, deberás eliminar tu cuenta, porque el hecho de seguir utilizando el servicio supone la aceptación de sus Condiciones y Política de Privacidad. El último cambio hasta la fecha se produjo el 7 de Julio.

¿A qué legislación están sujetos?

A las del estado de California, en Estados Unidos. Concretamente, cualquier demanda contra la compañía por infracción de sus términos y condiciones debería resolverse ante un tribunal del condado de Santa Clara, en Silicon Valley. Sin embargo, en la práctica, estamos muy probablemente ante una cláusula abusiva y que no podría aplicarse a un particular. Diferente podría ser el caso de las empresas y otras personas jurídicas.

¿Hay algo más que debamos saber?

Los documentos legales de WhatsApp tienen algunas particularidades curiosas. Por ejemplo, al final de una cláusula en la que detallan los supuestos en los que tendrías que indemnizar a la empresa, hacen una chocante afirmación que aparentemente no viene a cuento: “No apoyamos ni fomentamos el consumo ilegal de alcohol o tabaco”. Es bueno saberlo.

Pero aún más curiosa es la cuestión de los usuarios cansinos, conocido en su formato inglés como ‘annoying,  “La empresa puede eliminar tu cuenta si eres un cansino”, y eso lo determinarán los empleados de la mensajería, desconozco el “modus operandi” para detectarlos. Lo cierto, es que es bueno saberlo para evitar el ocasional, puntual o incluso permanente acoso de algunos cansinos que existen en todos los WhatsApp. Lastima que no exista algún botón de aviso, tipo ‘block’ como en el Tuiter o algo similar.  

Y para terminar, WhatsApp se reserva el derecho a decidir que una actualización de estado no es apropiada por razones de “longitud o limitado interés”, o sea que absteneros de enviar por WhatsApp los documentos legales del mismo porque son largos y aburridos, así como los dibujitos inspirados en emoticonos y signos de puntuación, y las ristras interminables de cadenas para reenviar.

Y por ultimo, también se reserva el derecho de avisar a las autoridades en caso de uso indebido de tu teléfono para enviar contenido pornográfico o sexual, o conversaciones prejuiciosas que puedan afectar el prestigio de WhastApp. Esto aclararía el punto para que se reservan el derecho de facilitar nuestros datos personales, como ultimo remedio, para no responsabilizarse de los actos ajenos al servicio, como es lógico.

  • 02/05/2014 – ACTUALIZADO:

Además de los Terminos y condiciones que intenté aclarar, hay algunos términos que WhatsApp se toma la libertad de adoptar para mejorar la seguridad y prevenir el acoso spammer.

WhatsApp no distingue entre software o persona humana

Los términos y condiciones de la aplicación indican la prohibición de utilizar sistemas automatizados para el envío de mensajes. Esta prohibición tiene el objetivo de evitar spam o el rastreo de webs. No se permite el uso de software que envían más mensajes que “los que un humano podrían enviar en un periodo razonable de tiempo”. Si la compañía detecta un uso de este estilo, se reservan el derecho de cortar el servicio sin dar explicaciones, pero lo curioso es que, realmente, WhatsApp no distingue entre un software o una persona humana, por lo que los usuarios intensivos pueden tener problemas, como J.E. un usuario al que le cortaron al servicio “sin saber por qué”, tal y como relataba a finanzas.com, aunque finalmente pudo solucionar su problema tras contactar con el servicio de soporte de WhatsApp.

Los usuarios molestos o reincidentes pueden ser baneados de por vida

La compañía se reserva el derecho de eliminar contenidos y mensajes sin previo aviso y si el usuario es un “infractor reincidente” o un “usuario molesto” puede cancelarle el servicio de por vida. WhatsApp define lo que es un usuario reincidente como aquel “al que se le ha notificado la falta más de una vez y/o se le ha retirado el servicio más de dos veces”. Para considerar al usuario como molesto, la compañía lo define como aquel “usuario que (caprichosamente o no) sea así calificado por los empleados de la empresa”. Otras de las condiciones que aceptamos los usuarios son: no utilizar la aplicación para recolectar datos personales de los usuarios, no enviar mensajes comerciales al ser un servicio de estricto uso personal o la prohibición de enviar falsedades que puedan hacer daño a WhatsApp o a un tercero. Tampoco podemos enviar material obsceno, amenazante o ilegal y la empresa se reserva el derecho de eliminar varios tipos de mensajes, entre los que se incluyen mensajes “demasiado largos” o que tengan un “interés limitado”.

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